ONCOLOGIA (ECUADOR)
Editorial.
DOI: 10.33821/703
Cardiología | Cáncer
Oncología (Ecuador) 2023:33(2) 109 |
La Sociedad Europea de Cardiología en colaboración con la Asociación Europea de He-
matología y la Sociedad Europea de Radiología terapéutica y oncología y la Sociedad Interna-
cional de Cardiooncologia presentaron en el año 2022 las guías de práctica clínica de car-
diooncología. Siguiendo los lineamientos de estas guías, se recomienda que los pacientes
que van a recibir quimioterapia sean estratificados de acuerdo a su riesgo cardiovascular y a
su riesgo potencial de desarrollar cardiotoxicidad. Los mismos factores de riesgo para enfer-
medades cardiovasculares son los factores de riesgo que predicen cardiotoxicidad por tera-
pia oncológica; así los pacientes se estratifican de acuerdo a sí son hipertensos, diabéticos,
obesos, dislipidémicos o fumadores y se clasifican en riesgo bajo, riesgo intermedio y riesgo
alto de desarrollar cardiotoxicidad. Esto servirá para poder hacer una planificación de la eva-
luación cardiológica inicial y la necesidad de hacer un seguimiento con imágenes, electrocar-
diograma y biomarcadores como la troponina, para ir monitoreando la probabilidad de haber
desarrollado cardiotoxicidad.
Existen varios grupos de medicamentos que se usan en oncología y en los primeros que
se detectó que podían provocar cardiotoxicidad fueron las antraciclinas. Estas se utilizan en
el tratamiento de varias patologías oncológicas como las leucemias, los linfomas, los cánce-
res de mama, entre las más frecuentes y la posibilidad de desarrollar cardiotoxicidad está en
alrededor del 5 % de los pacientes. Todos los pacientes que van a recibir estos medicamentos
deben tener una evaluación cardiológica basal. Se recomienda la realización de un electrocar-
diograma, evaluación clínica, un ecocardiograma bidimensional y si es posible tridimensional,
para poder detectar alteraciones basales de la función ventricular y posteriormente hacer se-
guimientos periódicos dependiendo del riesgo cardiovascular. En caso de detectar alteracio-
nes clínicas, electrocardiográficas, ecocardiográficas o de biomarcadores, se debe tomar la
decisión de iniciar medicación cardioprotectora, como es el uso de inhibidores de enzima de
conversión, beta bloqueadores y estatinas. Cuando el deterioro es tal que la fracción de eyec-
ción cae en un 10 % del basal o el strain longitudinal global en más de un 15 %, hay que decidir
conjuntamente con el equipo de oncólogos la seguridad de la continuación de la medicación
o hacer modificaciones a otros esquemas terapéuticos. Es importante hacer notar que el tra-
bajo debe ser conjunto entre el servicio de cardiología y los demás servicios que tienen que
ver con el manejo de este tipo de pacientes, para poder tomar las mejores decisiones.
Hay otros medicamentos potencialmente cardiotóxicos como los anticuerpos anti-HER2
utilizados en pacientes con cáncer de mama HER 2 positivo. Estos pacientes también requie-
ren el seguimiento cardiológico. Otro grupo de medicamentos como Fluoracilo y Gemcitabina
son capaces de provocar como efectos adversos cardiovasculares vasoespasmo con angina.
Cuando esto se da, hay necesidad de usar medicamentos que permitan controlar estos efec-
tos adversos.
Los inhibidores de la tirosinkinasa y los inhibidores del factor de crecimiento derivado del
endotelio pueden provocar elevaciones de la presión arterial o fenómenos trombóticos e is-
quémicos y alteraciones del intervalo QT que pueden predisponer a arritmias cardíacas serias
que compliquen la evolución de los pacientes, por lo cual se requiere seguimiento cardioló-
gico. Los inhibidores del checkpoint inmune pueden en un porcentaje bajo provocar miocar-
ditis; sin embargo, la miocarditis en estos pacientes puede tener una alta mortalidad.
Otro de los aspectos importantes en cardiooncología es que los pacientes con cáncer
pueden tener una mayor prevalencia de complicaciones tromboembólicas venosas, especial-
mente los pacientes con cáncer de páncreas y cáncer de estómago. Es crucial tener un alto
grado de sospecha de enfermedad tromboembólica venosa como complicación del cáncer,